El buen tiempo está aquí y con él, los mosquitos. Después de un largo invierno, los días parecen más cálidos y estas especies están de vuelta. Esto significa que muchas personas comienzan a preocuparse por los efectos nocivos de estos insectos: pueden transmitir enfermedades, picar a las personas y a los animales, y generar molestias en sus hogares. Por lo tanto, es importante estar preparado para manejar la situación de forma eficaz.
A continuación, te explicamos algunas formas de prevenir y controlar la presencia de mosquitos.
¿Vuelven o nunca llegaron a marcharse?
Lo cierto es que de algún modo siempre han seguido ahí. Los mosquitos, como la inmensa mayoría de insectos, detienen su actividad hacia octubre/noviembre, entrando en una fase latente programada, a la que llamamos DIAPAUSA, que puede entenderse como una respuesta fisiológica de adaptación y supervivencia.
En el caso de los mosquitos puede activarse regularmente en el período frío del año o, de forma extraordinaria, cuando concurren circunstancias extremas perjudiciales para la especie, como podría ser, por ejemplo, un período prolongado de sequía.
Aunque en los procesos biológicos siempre encontraremos excepciones, lo más habitual es que la diapausa ocurra a nivel embrionario.
Las últimas puestas de huevos realizadas cuando se endurece el otoño son distintas ya que están formadas por huevos preparados para resistir: más grandes, con aportes extra de nutrientes y provistos de una cubierta más gruesa. Para proteger y alimentar los embriones hasta que se den otra vez las condiciones favorables para eclosionar.
El género Aedes es el máximo exponente de esta estrategia de aguante. Muchas de sus especies son capaces de soportar sequías severas y dar la señal de eclosionar con la primera tormenta que caiga sobre los terrenos agrietados y resecos. Y el mosquito Tigre (Aedes albopictus) ha dado incluso un paso más en su éxito de resistencia, reduciendo al mínimo las necesidades hídricas y adaptándose a una cohabitación de cercanía con sus huéspedes.
Es momento de retomar las medidas de vigilancia y seguridad
En general, los mosquitos son insectos con una distribución cosmopolita, que medran con facilidad y con poca exigencia de requerimientos en ambientes exteriores y que colonizan fácilmente los espacios interiores. Por lo que pueden resultar especialmente molestos y peligrosos como propagadores de enfermedades por sus picaduras.
De hecho, cada vez tiene mayor impacto sanitario el grupo de enfermedades causadas por virus transmitidos por artrópodos (Arbovirus). Entre estos vectores, los mosquitos juegan un papel estelar y los géneros Culex y Aedes son los principales protagonistas.
En consecuencia, resulta fundamental la incorporación de planes de minimización sobre estas poblaciones y la colaboración entre administraciones, particulares y profesionales del control de plagas para atajar estas situaciones, especialmente problemáticas cada vez durante períodos más prolongados (marzo/abril a septiembre/octubre).
¿Cómo evitar incidencias con mosquitos?
Todos podemos contribuir a dificultar los asentamientos de mosquitos:
- Avisar a Salud Pública si encontramos en los espacios públicos de nuestro entorno zonas inundadas o residuos abandonados que puedan actuar como reservorios pluviales.
- Procurar prácticas de riego adecuadas, para evitar remanentes encharcados durante días.
- A nivel particular, controlar los recipientes que puedan retener y acumular agua (macetas y sus platos, juguetes, bidones, regaderas, latas, botellas, canalones, piscinas fuera de actividad, fuentes ornamentales, etc.).
- Vigilar drenajes, desagües, imbornales. Mantenerlos limpios y sin obstrucciones.
- Concienciación colaborativa en las comunidades, para una actitud positiva entre todos los vecinos.
- Comparte los mosquitos detectados con la aplicación Mosquito Alert.
Y disponer complementariamente del apoyo de profesionales especializados en estos controles, con el desarrollo de:
- Diagnosis de situación, que determinan y vigilan la evolución de los factores influyentes en el desarrollo de plagas de mosquitos.
- Identificación de especies implicadas en cada caso.
- Introducción de sistemas de captura selectiva, para una adecuada monitorización de los emplazamientos de riesgo detectados y la densidad de poblaciones con incidencia.
- Decisión de medidas correctoras, incorporación puntual y localizada de aplicaciones biocidas (larvicidas/adulticidas) y evaluación de eficacias.
